Este año he descubierto el festival Calles en flor, en Cañete de las Torres, Córdoba
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Aunque ya lleva varias ediciones, no conocía este festival llamado Calles en flor, hasta que alguien me pasó la info para solicitar participar y me animé. En realidad era un poco loco presentarme porque justamente se celebraba la misma semana que el «día de la madre», y quizás era demasiado. Pero a la vez me apetecía mucho vivir la experiencia y trabajar con total libertad creativa. Finalmente ocurrió, y me fui para Córdoba. Con mucha planificación de absolutamente todo, para que me diera tiempo a llegar el martes y volver el miércoles, y a su vez, que toda preparación del día de la madre no se parase.
No se cómo lo hice, pero todo salió bien. En realidad, ya han pasado 10 días y creo que todavía no me he recuperado. Este oficio es así, todo lo bueno viene siempre a la vez.
Al lío; el pueblo Cañete de las Torres tiene algo más de 2000 habitantes, es un pueblo andaluz en el que me sorprendió mucho lo cuidadas que estaban todas las zonas verdes. Había plantas y flores por todas partes. En el «Huerto francés», me encontré con una preciosa calle blanca llena de macetas azules, con geranios rebosando. Y los pequeños jardines del pueblo que vi estaban perfectos, con rosales, geranios y plantas verdes.
El festival Calles en flor se realiza siempre la primera semana de mayo. Se seleccionan varios artistas que trabajen con flores, y aparte hay concurso de escaparates, de terrazas y de cruces, entre otros actos, todos girando alrededor de las flores. Hay una temática central, esta edición fue»El circo». Todo el pueblo se involucra y el pueblo se transforma y se llena de vida. Vienen visitantes a vivir un fin de semana muy festivo y cultural.
«El hombre planta», instalación floral.
Cuando empecé a pensar en qué hacer para Calles en flor, tuve que tener en cuenta factores como los más de 30º que harían esa semana o el tiempo que tendría al llegar para hacer mi trabajo, entre otros. Lo que más me costó fue llegar a la temática y al concepto, algo que duró meses, ya que no me apetecía caer en lo recurrente, en el circo como alegría y color.
Quería ir más allá, llegar a la otra cara de este espectáculo, a lo grotesco, a lo sórdido, incluso a lo feo. O a esa dicotomía entre lo bello y lo grotesco, ese no poder dejar de mirar algo que es raro. Y me inspiré en la historia de Joseph Merrick, el llamado «Hombre elefante», para crear mi instalación, con la que participé en este festival de Calles en flor.
Por primera vez, no busqué crear algo bonito porque sí, algo que estallase en colores y formas, como suelo hacer cuando hago decoración floral. Quería salir de lo habitual, y crear algo bajo un concepto, algo que tuviera muchas lecturas. Que cada persona lo pudiera percibir diferente, algo realmente artístico, sin buscar el agrado de la mayoría como cuando decoro con flores. Estuve pensando el el concepto de belleza, en la subjetividad de la misma. Leí sobre Joseph Merrick, una persona cuya enfermedad lo condenó a ser exhibido en los circos, pero que a la vez encontró gente que le ayudó. Un hombre con una apariencia grotesca pero un interior sensible y cultivado. Uno de sus brazos era suave y delicado, no le había afectado la enfermedad de la piel, todo en él era dualidad.
Mezclé materiales secos y frescos, plantas enteras, ramas, patatas, barro. Fueron casi 4 metros de texturas infinitas.
Utilicé técnicas sostenibles para su construcción.
Estas fueron algunos comentarios cuando subi la instalación floral del festival Calles en flor a las redes sociales:
- «Es como un gigante tumbado boca abajo con las manos a la espalda. A la izquierda la cabeza, a la derecha los pies. Podría haber sido capturado por personas diminutas y estar plácidamente dormido mientras estas lo observan. Tal vez cayó sobre una estrella y la gente diminuta se enfadó mucho y ahora no saben qué hacer con él. «
- «Tendría que ver de nuevo el hombre elefante, pero con el recuerdo de sus imágenes me basta para encontrar esa parte grimosa que a la vez te atrae a seguir mirando y eso me pasó con tu hombre, lo miraba con recelo, pero no podía apartar la vista»
- «Me parece un camello muerto y abandonado pero no se está pudriendo, está mimetizándose con la naturaleza pues de su interior nace una vegetación como la de las zonas secas o desérticas pero vegetación a fin de cuentas.»
- «A mi me parece una falla y a mi hija restos de poda, a lo mejor in situ la vería de otra manera, lo siento.»
- «A mi me encanta por qué siempre busco la belleza entre la maleza.Es como cuando voy a buscar flores, siempre encuentro entre las zarzas y la maleza algo bonito que llevarme al taller. Es toda una obra de arte. Pero así es el arte.Hay quién sabe ver la belleza y hay quien la deja pasar desapercibida»
Esta es la diferencia entre hacer arte y hacer diseño floral. El arte se trabaja bajo un concepto, una idea, y es totalmente original, por lo que tiene múltiples lecturas. Puede generar sensaciones profundas en quien mira. El diseño floral, aunque sea un trabajo único, realizado para una sola vez, se centra más en la forma, el color y la belleza propia de las flores. El concepto del diseño se relaciona más con la forma, menos con el fondo. Por lo que da lugar a menos lecturas, ya que la finalidad es embellecer. Esta comparación es un súper resumen, ya que se podría desarrollar muchísimo, y además, siempre los límites entre arte y diseño están muy diluídos, por lo que no es fácil separar.
Instalaciones florales en Calles en flor 2023
Seis artistas participamos en este festival. He de decir que el ayuntamiento se lo curró mucho con nosotros, no nos faltó de nada. Ojalá hubiese podido quedarme allí más tiempo y disfrutar de la gente y del ambiente. Estas fueron las obras de mis compañeros:
Lidia @lemestyle